En este 2 de abril, la cuestión “Malvinas” adquiere una importancia primordial, no sólo por el histórico reclamo de soberanía sobre las islas, o por el reconocimiento a quienes pelearon por recuperarlas -aún bajo una dictadura militar- sino por el avance que el Reino Unido pretende, extendiéndose mucho más allá de los límites establecidos de facto tras el conflicto bélico de 1982.
Desde hace tiempo son conocidas las intenciones británicas de ampliar aún más la “zona de exclusión” alrededor de las islas, extendiéndose hasta las
Pero además, esta nueva situación de conflicto a la que nos enfrentamos no ha merecido ningún planteamiento diplomático de contundencia por parte del gobierno, desechando la posibilidad de que
Según información periodística, la empresa británica Falkland Oil and Gas Limited -que ya ha otorgado licencias de exploración y explotación- estima que en el territorio circundante a las islas podrían existir “miles de millones de barriles de petróleo” e “importantes yacimientos de gas”.
Sabido es que en materia de recursos naturales (petróleo, gas, minerales, etc.) la administración Kirchner no se ha movido un milímetro del libreto neoliberal. Muy por el contrario, ha profundizado el proceso de entrega de nuestros recursos no renovables, iniciado con las privatizaciones menemistas (como venimos denunciando desde el MORENO- el gobierno otorgó una vergonzosa prórroga de la concesión de Cerro Dragón a la empresa anglo-norteamericana Panamerican Energy, hasta la extinción del yacimiento). En la misma dirección se orienta respecto de la cuestión Malvinas, reafirmándose la postura antinacional que toma este gobierno cuando se trata de nuestros intereses estratégicos. Los argentinos no debemos bajar los brazos en nuestro reclamo de soberanía, tanto de las islas como de los recursos naturales que en ellas existen, y estar alertas y movilizados en defensa de nuestro patrimonio.
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