Por: Fernando Martín Pereyra (Moreno - Rosario).
Publicado en Socialismo Latinoamericano (Izquierda Nacional).
La nacionalización de la renta agraria diferencial
Discurso en que anuncia el 2° Plan Quinquenal
Desde la conformación de Argentina como nación, nuestra clase dominante supo consolidarse mediante las fabulosas ganancias que producía la colocación de nuestros productos agropecuarios en el mercado internacional. Los imperialismos de turno supieron aliarse a esta clase hegemónica y apropiarse del control de nuestro comercio exterior, y a través de él drenar la mayor parte de las ganancias extraordinarias producidas en nuestro país.
Mediante el deterioro de los términos del intercambio, los países centrales se apropian de nuestras riquezas y nos impiden desarrollar nuestras fuerzas productivas. El peronismo en el gobierno buscó romper este yugo y a través del IAPI “procuró tomar parte de las ganancias originadas en el intercambio y capitalizarlas en el país”.
El peronismo procuró sostener y profundizar la industrialización que se había iniciado en el país con la sustitución de importaciones, pero para empujar al país hacia el desarrollo industrial necesitaba de divisas para importar los bienes necesarios —insumos y maquinaria. Además necesitaba un mercado interno robusto, para lo cual debía mejorar el nivel de vida de su población, implicando esto un elevado gasto social. Pues bien, ¿donde se generaban esos recursos que necesitaba el Estado? En el intercambio comercial de la tradicional producción agrícola ganadera, por lo que el gobierno debía procurarse de esa fuente de recursos para llevar adelante su política económica. Así, la monopolización por parte del estado del comercio exterior, apareció como un elemento fundamental para la construcción de la Nueva Argentina.
El IAPI pasa a ser el monopolizador del comercio exterior y regulador de la producción agrícola ganadera. A través del Instituto el Estado fija los precios (garantizando el precio prometido a los productores, por adelantado e independientemente de los precios internacionales), compra al productor y vende en el mercado internacional. Adquiere la producción total de semillas que entregará por cupos a los industriales para que la procesen y posteriormente coloca el aceite en el mercado internacional. De esta manera se defiende los precios de los productos argentinos ante los deterioros en los términos del intercambio.
Con esta herramienta “no sólo se controlaba cuáles mercaderías importar, a que precios y con que aranceles, sino también que debía producirse en el país —al determinar precios de cereales y carnes— y a quienes debíamos verdécelos en el exterior. Se regulaba el abastecimiento interno y se protegía a la industria nacional”.
Con las ganancias obtenidas, el IAPI no sólo subsidio importaciones (principalmente de insumos y maquinarias para el agro y la industria) sino que otorgó fondos a las reparticiones estatales y realizó obras de bien común; se ocupó de fomentar la producción agropecuaria, luchar contra las plagas, comprar y distribuir semillas, vendió al costo a la industria local, subsidió a productores marginados o de zonas perjudicadas por fenómenos climáticos.
Es decir que las fabulosas ganancias de la colocación de nuestros saldos exportables en el mercado internacional, que antes quedaban en manos de los monopolios privados —en su mayoría extranjeros— que controlaban nuestro comercio exterior, ahora eran utilizadas por el Estado nacional para capitalizar el país. Se nacionalizaron los servicios públicos, se expandió la actividad productiva de las empresas estatales, se nacionalizó la banca y se pasó a controlar el crédito interno, se protegió la industria nacional…
El IAPI intervino en la compra de los ferrocarriles, la Compañía de Gas, la adquisición del complejo de empresas del grupo Dodero (Compañía de Navegación, Río de la Plata, Ultramar SA y demás), el rescate de las acciones de las compañías Flota Aérea Mercante Argentina, Aviación del Litoral Fluvial Argentino, Aeroposta Argentina y Aerolíneas Argentinas.
Sólo en 1949 aportó para la compra de 8 buques de carga y pasajeros, 26 trenes Diesel-Ganz, más de 200 locomotoras, más de 500 aviones y 9 buques tanques. Además de colaborar con YPF, Gas del Estado y demás empresas estatales; aportó al desarrollo de la minería, la siderurgia, la forestación, etc. Participó en la construcción de escuelas, hospitales y complejos habitacionales…
El IAPI le dio al problema del campo una solución nacional, al permitir que el ciclo económico se cumpliera.
Por una solución nacional al problema del agro
El IAPI fue una de las principales herramientas del Frente Nacional en su lucha de liberación. Con él se intentó nacionalizar la economía, puntal fundamental para construir una Nación independiente y socialmente igualitaria. Tanto es así que el Instituto fue una de las primeras víctimas de la contrarrevolución plutocrática que se instaló en el país a partir de septiembre de 1955, la que no cejó un instante hasta lograr la liquidación de la cánula que socializaba la renta agraria diferencial.
El golpe del 76 instaurará un modelo aprturista de la economía buscando reducir la intervención del Estado a su mínima expresión, modelo que se cimentará y profundizará con la llegada del menemismo. Entonces, al amparo de la globalización neoliberal, durante los años 90 se implementará un modelo agropecuario dominado por las grandes empresas trasnacionales y la tecnología que ellos controlan.
Como país agroexportador que somos, la disputa está en quien se apropia de la renta agraria y para qué. Indudablemente en la actualidad esa renta es apropiada nuevamente en su mayor parte por los monopolios extranjeros, que manejan nuestro comercio exterior, compartiéndola con los terratenientes y la gran burguesía agraria.
El gobierno actual, necesitado de caja, sin otra política que la de permitir a estos pulpos que nos sigan expropiando la riqueza nacional, intenta participar en el reparto de la renta pero tratando de no perjudicar a sus socios mayores. Es así que hace caer el peso de las retenciones en la parte más débil: el pequeño y mediano productor agropecuario.
El conflicto actual entre el gobierno y los diferentes sectores del campo, evidencian nuestra dependencia y la necesidad de reconstruir un Frente Nacional de Liberación que deberá tener como una de sus principales metas la de recuperar la renta agraria para todos los argentinos, de modo que nos permita capitalizarnos y desarrollarnos independientemente de los centros de poder, buscando reconstruir el ciclo de la producción, la industrialización, la comercialización y el consumo.
Será indispensable que, como parte de una política nacional, el estado monopolice el comercio exterior de manera de defender nuestra producción agropecuaria y a nuestros pequeños y medianos productores y a los trabajadores rurales. Y, fundamentalmente, que la renta agraria sea socializada y utilizada para el desarrollo independiente, integral e igualitario de la nación en su conjunto.
De ese modo se dará una solución al problema del agro, y, lo que es más importante, esa solución será nacional.
Denuncia efectuada por MARIO CAFIERO y RICARDO MONNER SANS ante la Justicia Federal contra exportadores de granos Causa Nº 4713/2008 caratulada “NN s/defraudación de seguros” Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 8, Secretaría 15, Comodoro Py 2002, 4º piso.
Los datos estadísticos que se mencionan a continuación fueron tomados de Corriente Nacional y Popular de Trabajadores de Prensa, El boom sojero: ¿panacea nacional o nueva forma del saqueo?, Rosario, Julio de 2004. Las citas le pertenecen.
Para el desarrollo de este punto se ha utilizado a Novick, Susana, IAPI: auge y decadencia, Bs. As., Centro editor de América Latina SA, 1986. Las citas que aparecen le pertenecen.
Además, la creación del IAPI fue acompañada por la suspensión de desalojos rurales, el Estatuto del peón de campo, el congelamiento de los arrendamientos, la expropiación de 2 millones de hectáreas, entrega de semillas, créditos para maquinaria, la nacionalización de la banca y el control de cambio, la nacionalización y conformación de las empresas estratégicas, etc.
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