jueves, 7 de agosto de 2008

Con "autopistas inteligentes" nos toman de estúpidos.

Por: Mauro Emiliozzi. (Moreno - Regional Rosario).

Ha comenzado a circular por Internet una campaña de firmas que acompaña a un proyecto de ley -que ya cuenta con estado parlamentario- y que propone crear una “red de autopsias inteligentes, libres de peaje y la rehabilitación del ferrocarril”. Con un gran despliegue de diseño, un grupo de empresas privadas capitaneadas por la Fundación Metas Siglo XXI, nos ofrecen “la solución para las muertes en las rutas”.

Luego de una primera aproximación, comienzan a surgir las dudas.

Nos hablan de caminos “libres de peaje”, sin embargo, el modelo de gestión propuesto implica una cuantiosa inversión privada. Sabemos que las empresas privadas nunca invierten por filantropía. ¿Qué es lo que esperan recoger entonces como beneficio? Ni más ni menos que una “Tasa Vial” de dos centavos por litro de combustible, que será recaudada por las petroleras y depositada en las cuentas del concesionaio. Esto, según el propio proyecto resulta “de naturaleza jurídica idéntica al peaje directo” (¿no era que se eliminaba el peaje?) y por tal motivo se lo denomina “peaje indirecto”. Según los cálculos de la propia Fundación, estamos hablando de un negocio de dos mil millones de dólares, que según nos informan, “no ingresan jamás en ningún circuito estatal para extirpar de raíz el crónico desvío de fondos”.

Entre las empresas y sectores políticos y sociales que apoyan este proyecto se encuentran la Sociedad Rural, el grupo Pampa Sur, Loma Negra, el PRO de Mauricio Macri, la UCR (a través de Ignacio García Hamilton), la aseguradora HSBC, el Banco Santander Río, el Movimiento Popular Neuquino de Felipe Sapag y la Coalición Cívica.

La explicación a todo este embrollo es muy simple: La Fundación Metas Siglo XXI nos propone “grandes metas públicas no ideológicas”. ¿Es otra vez el cuento del fin de la historia y la muerte de las ideologías? Así es, pero ahora son ellos mismos quienes nos anticipan un final que ya conocemos: entre los principios de esta Fundación está el demostrar que aplicando los principios de una economía solidaria de mercado, dentro del marco de la democracia liberal, es posible lograr, especialmente en la República Argentina, eliminar la miseria…”

Las primeras dudas se van disipando, y va quedando claro que este conjunto de empresas y organizaciones, bajo la fachada de una campaña de “participación ciudadana” nos piden en realidad que seamos promotores de sus negocios privados, al margen del Estado y a costa siempre del interés público.

2 comentarios:

Sportivo Rosario dijo...

Mauro, me parece bastante superficial tu analisis, plagado de prejuicios (que yo tambien los tengo) pero sin fundamentos. Yo no conozco ninguna empresa que invierta exclusivamente para el beneficio de la comunidad, solo las mueve el lucro. Pero estas dejando de lado lo mas importante que son las muertes por el pesimo estado de las rutas, y la seguridad de que este gobierno hace muy poco para que eso se revierta. Entonces porque en vez de destrozar este proyecto porque no propones cosas para mejorarlo. A mi tambien me gustaria que el lucro no sea el principal movilizador pero bueno, hay que aggiornarse, sino nos quedamos parados insultando como bien lo sabe hacer la izquierda inutil (de la que no creo que el Proyecto Sur forme parte).

Saludos, y por lo que veo abandonaste tu blog.

Mauro Emiliozzi dijo...

La superficialidad del análisis está dada a partir de que no es un análisis desde un punto de vista técnico, sino que se busca exhibir el trasfondo político de este asunto, que es el que precisamente nos quieren disimular a través del formato de "poné tu firma, participá..."
La estrategia de "aggiornarnos" ya la probamos en los '90, y no hace falta repasar su "efectividad".
Por supuesto que el problema de las rutas en el país hay que solucionarlo. Una parte de la solución está en la reconstruucción del entramado ferroviario. La otra parte está en la intervención directa del Estado en el control vial.
Como vos bien decís, a las empresas las mueve el lucro, y eso implica principios diferentes, concepciones del mundo diferentes, por ende, podemos discutir los diveros caminos, pero nunca los fines del asunto, por más pragmáticos que intentemos ser.